Hoy, haciendo honor a nuestro nombre, vamos a presentaros un rinconcito de Artasona que desde años ha estado al servicio y uso de todos.
Se trata del Teléfono Público. En antaño, cuando ni siquiera se disponía de línea de teléfono en ninguna casa, se puso únicamente en la casa del, para entonces, alcalde como único medio de comunicación con el exterior (esto sonará a ciencia y ficción para los jóvenes de hoy día).
Cada vez que se recibía una llamada para algún vecino del pueblo, los adultos mandaban a los pequeños de la casa a que avisaran a la casa que fuera a todo correr. Con los años se decidió hacer un “simulacro” de cabina de teléfonos en el patio de Casa Pascua, con su correspondiente marcapasos. Los vecinos pedían “que lo pusieran a cero” antes de hacer sus llamadas que finalizada la conversación se abonaban católicamente.
Hoy en día ha caído casi en desuso ya te todas las casas disponen de línea de teléfono y la telefonía móvil nos ha hecho localizables a todos (para pena de unos y gloria de otros) pero queda evidencia del uso que el aparato ha tenido en las paredes. Números de teléfono, direcciones, declaraciones de amor y dibujos que los usuarios plasmaron en las paredes durante sus tertulias telefónicas decoran como un estampado la pared donde está colgado al aparato de teléfono de los que hoy día resulta difícil de encontrar (marcador de rueda) dándole al cuartito un aire muy bohemio.
Hoy, haciendo honor a nuestro nombre, vamos a presentaros un rinconcito de Artasona que desde años ha estado al servicio y uso de todos.
Se trata del Teléfono Público. En antaño, cuando ni siquiera se disponía de línea de teléfono en ninguna casa, se puso únicamente en la casa del, para entonces, alcalde como único medio de comunicación con el exterior (esto sonará a ciencia y ficción para los jóvenes de hoy día).
Cada vez que se recibía una llamada para algún vecino del pueblo, los adultos mandaban a los pequeños de la casa a que avisaran a la casa que fuera a todo correr. Con los años se decidió hacer un “simulacro” de cabina de teléfonos en el patio de Casa Pascua, con su correspondiente marcapasos. Los vecinos pedían “que lo pusieran a cero” antes de hacer sus llamadas que finalizada la conversación se abonaban católicamente.
Hoy en día ha caído casi en desuso ya te todas las casas disponen de línea de teléfono y la telefonía móvil nos ha hecho localizables a todos (para pena de unos y gloria de otros) pero queda evidencia del uso que el aparato ha tenido en las paredes. Números de teléfono, direcciones, declaraciones de amor y dibujos que los usuarios plasmaron en las paredes durante sus tertulias telefónicas decoran como un estampado la pared donde está colgado al aparato de teléfono de los que hoy día resulta difícil de encontrar (marcador de rueda) dándole al cuartito un aire muy bohemio.
Foto para el recuerdo, ¿quién no ha estado algún minuto de su vida encerrado entre esas 4 paredes? seguro que casi todos, si pudieran hablar....cuantos chismorreros nos podrían contar.
ResponderEliminarPues esas paredes ya no podrán oir nada más, ya no existe el cuarto del teléfono de casa pascua.
Lourdes