domingo, 3 de mayo de 2009

Dia de la Madre.

Conchita Matinero, asidua al blog, nos ha mandado este artículo para felicitar a todas las madres de Artasona con motivo del dia de la madre. Como ella nos comenta, el articulo, de autor desconocido tiene mucha sabiduría. Sirva como homenaje a ellas. Gracias Conchita.
A LAS MADRES Le cuesta darse cuenta a una madre que su influencia depende de lo que ella es y no de lo que dice. Sus palabras pierden todo su valor cuando se pronuncian sobre un fondo de mal humor o de amargura.
Aunque su falta de amabilidad sea motivada por el exceso de trabajo, por la fatiga o por el nerviosismo, no deja de ser verdad que es su belleza y por su encanto como una madre atrae a sus hijos, como una vez atrajo a su marido. Existe una belleza que toda madre puede poseer –aun cuando las huellas de la fatiga se muestren en su rostro- y que subsiste aunque se haya desvanecido, tiempo ha, la frescura de su juventud.
Esta bellaza consiste en un espíritu ameno, una voz amable y un rostro sereno. La madre puede conservar su encanto no solamente cuando todo marcha bien, sino también cuando debe emplear la firmeza o cuando se enfrente con una situación inquietante, triste o desanimadora. Si posee estas cualidades será el imán de la casa y aunque el marido no pueda hacer su parte, ella mantendrá en el hogar LA PAZ.
La verdadera madre estará dispuesta a dar un consejo en el momento oportuno, procurando siempre adivinar el efecto que sus palabras pueden producir sobre las personas hacia quien van dirigidas y evitando cuidadosamente todo lo que pueda desatar una respuesta irritada o una reacción deprimente. No hablara pues a tontas y a locas.
Es aquí donde tantas madres cometen su mayor error: decir y repetir muchas veces las mismas cosas –por lo demás muy justas y nacidas del noble deseo de instruir convenientemente a su familia- pero no siempre en el momento oportuno. Pronto su voz no hace más efecto que el viento que pasa. Las palabras son preciosas, ¿Por qué malgastarlas en retahílas interminables y fastidiosas hasta que el marido y los hijos se cansan y se vuelven insensibles a ellas? Repetidas hasta la saciedad y acompañadas, como sucede a menudo, de señales de irritación; tales palabras no sirven sino para alejar a la familia y hacer del hogar un sitio donde se va tan solo a comer y dormir

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