Una vez que las estaciones de esquí aragonesas (léase holding de Aramón) han colgado el cartel de “CERRADO” y están haciendo la caja, parece que el sector de la nieve ha salvado de manera muy positiva la temporada.
Con la crisis en pleno auge y con el mal tiempo que hemos tenido todo el invierno el sector cierra en su conjunto la segunda mejor de su historia (La mejor de la historia fue, por paradójico que parezca, la temporada 2008-2009 en pleno estallido de la crisis económica)
Si en el invierno del 2008 se deslizaban por las montañas aragonesas 1.8 millones de personas, este invierno pasado lo hicieron sobre 1.6-1.8. Peor resultado han tenido las estaciones catalanas que de los 2.2 millones de esquiadores del invierno pasado han bajado a 1.7.
Eso sí, de las cifras que presentan estaciones de esquí se desprende que ellas se quedan “solo” con el 23% del dinerito que se dejan los esquiadores, mientras que los restaurantes ingresan el 24%, los servicios inmobiliarios el 20%, los alojamientos turísticos el 13%, el resto lo repartirían entre el transporte y los comercios. Cifras que mucha gente cree “maquilladas” para justificar el destrozo ecológico que supone una pista de esquí al pirineo y que le supone muchos detractores al holding entre el Gobierno de Aragón e Ibercaja como éste, éste o éste.
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