viernes, 11 de marzo de 2011

El sueño de volar

Muy recomendable el artículo de Javier Lera de hace un par de días en el Heraldo de Aragón (Edición digital) llamado “El sueño de volar” en relación con la concentración de parapentes de Secastilla del pasado fin de semana, en la cima del 'Tozal Gordo', desde donde despegaban los parapentes y del que pasamos a reproducir un extracto.

El parapente es, probablemente, el deporte que más nos acerca a la eterna aspiración humana de volar con la mínima ayuda posible. Una vela y un piloto. Las mismas corrientes de aire, la misma estrategia que las aves para subir, bajar y desplazarse. Quienes lo practican destacan la sensación de libertad, la tranquilidad y la perspectiva diferente con la que se ve todo desde arriba. El pasado fin de semana, el cielo de Secastilla se llenó un año más de parapentes y de pilotos que no se conforman con soñar que volar es posible. Vuelan.
A pesar de su aparente fragilidad, ya que parecen diseñados para recorridos cortos, los vuelos en parapente pueden superar fácilmente los 100 kilómetros, y los pilotos pueden permanecer horas en el aire, sin pisar el suelo. Es muy similar en su forma al paracaídas, pero con la principal diferencia de que despega sin necesidad de ser remolcado. Esta disciplina destaca por la contagiosa tranquilidad que habitualmente desprenden quienes la practican, contrariamente a la descarga de adrenalina que acompaña a los paracaidistas en el momento de saltar al vacío.
«Más que un deporte de aventura, es la aventura de un deporte espectacular»,

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